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Ampliando la Participación en el Mercado Formal y el Empleo

Foto del escritor: Mónika MeloMónika Melo

Parte de la ponencia realizada en el panel del mismo nombre realizado dentro del Latin America Liberty Forum 2025, organizado por Atlas Network, el 6 de abril de 2025, Río de Janeiro, Brasil.


La informalidad empresarial representa un obstáculo significativo para el crecimiento económico en la República Dominicana.

 

En la República Dominicana, el 98% de las empresas son micro, pequeñas y medianas (Mipymes)[1], que generan más del 50% de los empleos del país. Sin embargo, un 85% de estas empresas se encuentra operando en el mercado informal, lo que le limita el acceso a financiamiento, oportunidades de negocio. Este fenómeno perpetúa la vulnerabilidad económica y social del país, debido al alta evasión fiscal que afecta el crecimiento y desarrollo económico de la República Dominicana.

 

La informalidad implica un reto significativo para la economía, al reducir el aporte de estas empresas al sistema tributario y limitar su capacidad de crecimiento, pero de manera especial por el efecto que tienen en la generación de empleos en el mercado informal. A pesar de algunas mejoras, alrededor del 56% de la población laboral sigue empleada en el sector informal lo que significa que una gran población se encuentra sin cobertura en el Sistema de Seguridad Social (que en nuestro país incluye cobertura para salud, pensiones y riesgos laborales).

 

A pesar de los beneficios de operar dentro del marco legal, muchas micro y pequeñas empresas eligen mantenerse al margen debido a barreras como la burocracia, los impuestos elevados y la dificultad para acceder a servicios financieros. Entendemos que facilitar la formalización mediante la eliminación de estos obstáculos puede generar un entorno empresarial más libre, competitivo y próspero.

 

I. Barreras para la Formalización de Micro y Pequeñas Empresas

 

La decisión de formalizarse suele verse frenada por una serie de factores que encarecen y dificultan el proceso:

 

  1. Complejidad del proceso de incorporación y mantenimiento legal: La regulación vigente impone exigencias como la redacción de estatutos, la realización de asambleas periódicas y la designación de comisarios de cuentas, lo que incrementa la carga administrativa.


  2. Dificultades bancarias: La apertura de cuentas empresariales sigue siendo un proceso engorroso, lo que desalienta la bancarización y formalización de muchas pequeñas empresas. Conforme entrevistas realizadas en 2024 como parte de los trabajos de investigación para emitir la sección para República Dominicana del “Índice de Burocracia en América Latina”[2] los entrevistaron reportaron que el proceso de apertura de una cuenta bancaria empresarial en instituciones bancarias de la República Dominicana, una vez entregados todos los documentos requeridos para tales fines, y sin presentar complicaciones, tarda un promedio de unas 264 horas laborables, habiéndose reportado casos de 352 horas para abrir una cuenta bancaria, es decir más de 2 meses.


  3. Carga fiscal y administrativa: En adición a los montos a pagar y sobre todo la obligación del pago de anticipos, en entrevistas a micro y pequeños empresarios realizadas en el marco de la sección para República Dominicana del “Índice de Burocracia en América Latina” antes citado[3] los entrevistaron reportaron que la gestión de los Números de Comprobantes Fiscales (NCF), el registro detallado de ingresos y gastos, y la custodia de comprobantes fiscales implican una inversión de tiempo y dinero que muchas empresas no pueden asumir sin recurrir a contratación de terceros, aumentando significativamente el costo operativo.

 

II. Impacto de la Bancarización en la Formalización

 

La bancarización de los empleados es un factor clave en la eficiencia operativa de las empresas formales. Se ha identificado que[4]:

 

  1. Las empresas con empleados bancarizados reducen en un 85% el tiempo dedicado al pago de salarios en comparación con aquellas que dependen del efectivo.


  2. En sectores terciarios, donde predominan las transferencias bancarias, el proceso de pago de salarios requiere solo 0.5 horas quincenales, lo que optimiza la administración del negocio.


  3. La bancarización también facilita el acceso a crédito, permitiendo a las empresas invertir y crecer sin depender de financiamiento informal.

 

III. Desmitificando la Formalización: Miedos y Barreras Cognitivas

 

Uno de los principales obstáculos para la formalización es la percepción errónea de sus costos y beneficios. Entre los mitos más comunes que hemos escuchado en las investigaciones realizadas por el Instituto OMG en materia de emprendimiento y burocracia, se encuentran:

 

"Me conviene seguir en la informalidad para asegurar más ingresos inmediatos y mejor flujo para mis gastos": Se ignora que la formalización permite acceso a créditos, protección legal y expansión de mercado.

 

"La formalización solo significa más impuestos y regulación": Si bien implica obligaciones fiscales, también abre la puerta a oportunidades de crecimiento y estabilidad a largo plazo.

 

La Economía Conductual explica que muchos empresarios caen en la trampa del descuento hiperbólico, relacionado con la inconsistencia temporal o dinámica (time inconsistency)[5] priorizando beneficios inmediatos sobre ventajas futuras. Como ilustran Cremer y Pestieau[6], los individuos suelen ser impacientes en el presente, pero esperan ser más pacientes en el futuro, lo que los lleva a tomar decisiones inconsistentes. Un ejemplo clásico es el experimento de Kirchler y Hoelzl[7] con niños y chocolates: prefieren recibir un chocolate pequeño hoy en vez de esperar un día por uno más grande, pero si la elección se traslada al futuro, optan por la opción más beneficiosa. Este mismo sesgo afecta a los empresarios informales, quienes privilegian ingresos inmediatos sin considerar los beneficios de la formalización.

 

IV. Beneficios de la Formalización desde una Perspectiva Libertaria

 

La formalización no debe ser forzada mediante coerciones estatales, sino incentivada a través de la eliminación de barreras innecesarias, se requiere una simplificación sustantiva de muchos procesos que se han tornado “habituales”, “naturales”, “obligatorios”, siendo en la mayoría de los casos, a nuestro entender, excesivos:


Reducción de la informalidad mediante incentivos: En lugar de penalizar a las empresas informales, se preferiría incentivar la formalización a través de la reducción de barreras como la burocracia, los altos costos de cumplimiento o impuestos elevados. Eliminar estas barreras podría facilitar el crecimiento de los negocios sin necesidad de depender del Estado, fomentando la autonomía empresarial.


Generación de empleo y crecimiento económico: La formalización podría llevar a una mayor estabilidad y seguridad jurídica, lo que incentivaría la contratación formal de trabajadores. Esto aumentaría el empleo y el ingreso formal en la economía, alineándose con los principios de creación de riqueza a través de mercados libres.


Reducción de la corrupción: La informalidad, en muchos casos, está asociada a prácticas corruptas debido a la evasión de normativas complicadas o costosas. Un marco regulatorio claro y simple disminuye los incentivos para la evasión y el soborno.


Respaldo a los derechos de propiedad: Formalizar una empresa generalmente implica un mejor acceso a la protección de la propiedad intelectual, industrial y comercial.

 

Mayor acceso a mercados: La formalización permitiría a las micro y pequeñas empresas operar en mercados más amplios, incluidos los mercados internacionales, mejorando la competitividad y facilitando su crecimiento.

 

Facilitación del acceso al financiamiento: Al estar formalizadas, estas empresas podrían acceder a crédito y financiamiento de instituciones bancarias en lugar de préstamos informales que regularmente resultan usureros.

 

Conclusión

Para aumentar la participación en el mercado formal y generar empleo, es crucial adoptar un enfoque que facilite la transición de la informalidad a la formalidad sin imponer cargas innecesarias. Desde el Instituto OMG estamos trabajando constantemente en generar propuestas que colaboren a lograr el desarrollo sostenible de la República Dominicana, y uno de nuestros enfoques actuales es precisamente la reducción de la burocracia para facilitar los negocios. Algunas medidas clave incluyen:

 

  • Simplificación de trámites de incorporación y mantenimiento de las entidades legales (sociedades): Una reforma a la Ley de Sociedades ha sido trabajada por el Instituto OMG para tales fines.


  • Digitalización de trámites de incorporación, mantenimiento empresarial, fiscal y bancaria: Agilizar la gestión empresarial y simplificar los trámites de pago de impuestos, y fomentar la bancarización mediante la agilización de los procesos actualmente implementados.


  • Educar para el cambio de mentalidad: Desmitificar la formalización y educar sobre sus beneficios: menos riesgos frente a los empleados (accidentes de trabajo, enfermedades, etc), acceso a crédito, historial crediticio, ventas a empresas formales, entre otros.

 

Finalmente, resulta importante señalar que más que nunca la República Dominicana requiere fortalecer un ambiente de negocios ágil, que logre mejores inversiones locales e internacionales.  Realizar cambios estructurales óptimos no solo para iniciar negocios, sino, también para que los mismos puedan operar de una manera competitiva, eficiente y ágil, lo cual se traducirá en el mediano plazo en un bienestar económico y social.

 

Con un marco más simple y accesible, la formalización podrá dejar de ser una carga para convertirse en una herramienta de crecimiento económico y generación de empleo.



[1] Fuente: Boletin Mipymes, 2022. Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM)

[2] Florida International University, “Índice de Burocracia en América Latina” sección República Dominicana, por el Instituto OMG. https://freedom.fiu.edu/wp-content/uploads/2024/11/Index-of-Bureaucracy-2024.pdf 

[3] Op cit

[4] Op cit

[5] Cfr. Erich Kirchler y Erik Hoelzl, Economic Psychology: An Introduction, Cambridge University Press, 2018, págs. 44-45. Sanjit Dhami, The Foundations of Behavioral Economic Analysis, Oxford University Press, 2016, págs. 644 y ss.

[6] H. Cremer y P. Pestieau, Myopia, Redistribution and Pensions, European Economic Review 55, 2011, págs. 165-175.

[7] Ídem. Ver además los trabajos y experimentos prominentes de Walter Mischel y sus coautores sobre gratificación diferida y desempeño. W. Mischel & E. Ebbesen, Attention in delay of gratification, Journal of Personality and Social Psychology, 16(2), 1970, págs. 329-337.

 
 
 

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