Introducción
En los últimos meses tenemos la atención puesta sobre los nuevos desarrollos de inteligencia artificial (“IA”). De manera particular, con el lanzamiento de ChatGTP las empresas se preguntan cómo pueden aprovechar la herramienta para hacer más eficientes e innovar en sus respectivos negocios. Diversos autores y académicos se refieren a las oportunidades de la IA para automatizar tareas, agilizar procesos y optimizar la toma de decisiones, tanto en el sector público como en el privado.
Bill Gates en su nota publicada el 23 de marzo de 2023 titulada “The Age of AI has begun”, narró haber evidenciado con asombro como a GPT, modelo de Inteligencia Artificial (IA), respondió a 60 preguntas de opción múltiple y 6 preguntas abiertas de un examen de Biología Avanzada (AP Bio), logrando obtener el puntaje más alto posible en un curso de biología de nivel universitario. Indica que en dicho momento entendió que estaba presenciando el avance tecnológico más avanzado de los últimos tiempos y que la era de la IA ha comenzado.
Por otro lado, en días recientes un grupo de empresarios del sector tecnológico, expertos y políticos, entre ellos Elon Musk, solicitaron en una carta suspender por 6 meses los experimentos con IA de mayor potencia considerando que los sistemas de IA "pueden plantear profundos riesgos para la sociedad y la humanidad".
A fines de este artículo mi interés es aclarar algunos conceptos. En primer lugar ¿qué es y cómo funciona la IA? ¿Cuáles son las oportunidades que representa del uso de la IA en los distintos sectores, de manera particular en los negocios? ¿Cuáles son los retos y desafíos del uso de la IA? ¿Podemos apalancarnos de forma segura de la IA para la toma de decisiones, incluyendo en la estructuración negocios?
Definición de IA y Tecnología
A fines de encontrar una definición de IA generalmente aceptada, le pregunté a GPT-4, el sistema de IA más avanzado desarrollado por Open AI a la fecha, lo siguiente: ¿qué es la IA y cómo funciona? Esta fue su respuesta:
“La inteligencia artificial (IA) se refiere al desarrollo de sistemas informáticos que pueden realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como la percepción visual, el reconocimiento de voz, la toma de decisiones y la traducción de idiomas.
AI funciona mediante el uso de algoritmos y modelos estadísticos para analizar datos, identificar patrones y hacer predicciones o decisiones basadas en la información que ha aprendido.
Existen varios enfoques para la IA, incluidos los sistemas basados en reglas, los sistemas expertos, las redes neuronales y el aprendizaje automático. Los sistemas basados en reglas utilizan declaraciones si-entonces para tomar decisiones, mientras que los sistemas expertos se basan en el conocimiento de expertos en la materia para resolver problemas complejos. Las redes neuronales están diseñadas para imitar la estructura y la función del cerebro humano, y el aprendizaje automático implica entrenar algoritmos para aprender de los datos y mejorar su precisión con el tiempo.
El campo de la IA continúa evolucionando rápidamente, con nuevas técnicas y aplicaciones que surgen todo el tiempo. A medida que las computadoras se vuelven más poderosas y los datos más abundantes, es probable que la IA desempeñe un papel cada vez más importante en muchos aspectos de nuestras vidas, desde la atención médica y la educación hasta los negocios y el entretenimiento.“
La definición me pareció bastante completa y acertada considerando los diversos papers y trabajos de investigación a los que tuve acceso en mis recientes estudios sobre IA & Law.
Oportunidades
No cabe dudas que la IA traerá beneficios para la humanidad, considerando su enorme capacidad de procesar, organizar, clasificar, generar patrones y soluciones a partir de grandes cantidades de data, de forma rápida y precisa. Esta capacidad puede ser utilizada para alcanzar objetivos que hasta hace poco era imposible conseguir sólo contando por la capacidad de procesamiento humana.
Hemos visto cómo el uso de la IA y la big data ha ido impactando en diferentes campos. En el mercado financiero, por ejemplo, la IA se ha utilizado para identificar oportunidades de inversión, gestión de riesgos y toma de decisiones. La IA y la tecnología también han revolucionado el negocio de los servicios financieros, permitiendo la transformación digital de los bancos e impulsando la expansión del acceso al crédito a través de diversas fintechs.
En materia de salud, la IA representa la posibilidad de contar con diagnósticos más rigurosos, prevención, tratamiento, monitoreo automatizados, así como mejorar la calidad y alargar la expectativa de la vida humana. Conforme el informe de EIT Health y McKinsey de marzo de 2020 “Transforming healthcare with AI”, hay un crecimiento inminente de la financiación de IA en materia de salud por empresas de capital de riesgo y gigantes tecnológicos, así como de ensayos clínicos sobre beneficios de aplicar la IA. Desde 2017 existen varias de aprobaciones de la FDA para IA en el sector salud.
Igualmente, el sector público de varios países han estado integrando de forma acelerada la IA para hacer más eficientes los servicios públicos. Al facilitar el análisis de datos y predicciones más precisas, se pueden tomar decisiones óptimas en la gestión de recursos naturales, así como respecto de la seguridad pública y la planificación urbana. Se ha analizado también cómo la IA puede optimizar la forma en que se regula y se administra justicia. Adicionalmente, la AI pareciera apuntar a que facilitará la igualdad de acceso a la educación y la salud para la población menos favorecida y desplazada del mundo.
En el ámbito legal, la IA se está utilizando en diferentes herramientas y aplicaciones para predecir resultados, agilizar y facilitar la redacción y cierre de contratos, procesamiento de datos y toma de decisiones. Como en otras áreas, la IA está facilitando que los profesionales realicen su trabajo, apuntando a un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal.
Especialmente en materia de estructuración de negocios y planificación fiscal, el uso de AI permite realizar un análisis más profundo y resultados más acertados. De hecho, en mi tesis presentada en el año 2016 sobre estrategia legal para estructurar negocios a partir de planificación fiscal, propuse una metodología de toma de decisiones apalancada en tecnología con el objetivo de estructurar negocios. Esta metodología consideraba lo siguiente: (1) levantamiento de todas las implicaciones fiscales de un escenario de negocios y jurisdicción particular y determinación de posibles beneficios o exenciones fiscales aplicables; (2) identificación de las combinaciones más eficientes de herramientas legales, contractuales y societarias, de acuerdo al objetivo y escenario de negocio particular; (3) identificación de las herramientas contables y financieras más apropiadas de acuerdo al objetivo de negocio; y (4) determinación del resultado más eficiente en base a ejercicio de proyección financiera. Lo anterior se logra mediante la traducción de normas analógicas de naturaleza jurídica, contable y financiera a un código o lenguaje digital organizado de manera que genere resultados basados en reglas o incluso aprendizaje automático.
Sin duda, la IA promete resultados óptimos en los negocios, incluso mejores de lo esperado. Existen ya muchas oportunidades de tecnología existente para apalancarnos para una toma de decisiones más sistemática y precisa. De hecho, por primera vez una empresa China nombró como nuevo CEO a una IA. Tang Yu, el nuevo CEO de AI trabaja las 24 horas del día, los 7 días de la semana y recibe un salario de $0 (Fuente: Mundo Ejecutivo, 21 marzo 2023).
Desafíos
La IA trae consigo también una serie de desafíos que es importante considerar por su impacto en la sociedad. Un ejemplo son las consecuencias de la IA sobre los derechos de propiedad intelectual, incluyendo el valor que se le dará a la invención e innovación humana vs. la IA. Es preciso preguntarnos si realmente la IA tiene la capacidad de innovar y ser creativa, o si lo que hace es usar como base, organizar y sistematizar la invención ya creada por mentes humanas.
Al respecto, hemos observado también como la IA tiene la posibilidad de superar la capacidad de procesamiento y análisis de un ser humano, y nos preguntamos si consecuentemente la IA tiene la capacidad de tomar decisiones más acertadas y óptimas que un técnico o profesional especializado y años experiencia. Se ha ponderado también el temor de que la fuerza laboral se vea sustituida en un futuro no tan lejano por entidades de IA, interrumpiendo por completo como funciona la sociedad hoy en día. En adición, los empleados tendrán que coexistir en su ambiente laboral con robots o hasta recibir instrucciones de máquinas, lo que probablemente generará inconvenientes y hasta riesgos laborales. ¿Será la IA lo suficientemente capaz de ser un líder constructivo para toda una organización?
Una de las principales razones por las que entiendo que esto no es precisamente correcto es por el riesgo del sesgo de la IA. Los sistemas de IA serán tan eficientes o certeros como los datos con los que están entrenados, y si esos datos están sesgados o son defectuosos, el sistema también lo estará. Esto puede conducir a consecuencias no deseadas o resultados injustos.
Igualmente, aquellos sistemas creados para tomar decisiones en base a leyes, se encontrarán con la problemática de que el lenguaje de las leyes en algunas ocasiones es vago o impreciso o se presta a múltiples interpretaciones. Igualmente, un sistema o modelo de IA puede que no sea capaz de poner en contexto o considerar elementos abstractos o subjetivos (como aspectos morales o éticos) para asegurar una decisión o solución justa o equitativa, como lo es capaz de realizarlo un ser juez o un abogado.
La educación es otra área que ya está experimentando un gran desafío, considerando que herramientas como GPT-4 pueden realizar investigaciones y ensayos en profundidad en segundos. Si bien el acceso al conocimiento y la información es algo que se debe aplaudir, es preocupante que estas herramientas eventualmente impacten, desplacen o disminuyan la habilidad y capacidad del ser humano para realizar análisis profundos y tareas creativas.
Es también un desafío la imprevisibilidad y autonomía de ciertos sistemas de IA, así como la incapacidad de poder explicar los resultados de las decisiones de la IA, lo que trae incertidumbre y falta de confianza de que en todos los casos los modelos de IA actuarán en el mejor de los intereses de la humanidad y su entorno.
Otra discusión interesante surge del reto conceptual de poder asignar responsabilidad moral y legal por daños causados por sistemas o máquinas autónomas que se encuentran en procesos de aprendizaje de forma automática (machine learning). Al sistema legal le resultará retador gestionar las consecuencias del aumento del uso de la IA y el riesgo público, sobre todo garantizar que sean indemnizados justamente aquellos que se han visto afectados de daños o perjuicios de la actuación de un sistema de IA.
La escasez de regulación y la inseguridad de si existen suficientes controles por parte de las empresas que desarrollan este tipo de modelos es también una causa de preocupación. Al respecto, la historia ha demostrado que la regulación va apareciendo a medida de ocurran o que se aproximen los daños, siendo la raza humana la que asume toda clase de riesgos y daños durante el período de pre-regulación.
Conclusión
La IA definitivamente trae consigo muchas oportunidades para la humanidad, de manera particular para hacer más eficientes los procesos y la toma de decisiones tanto para el sector público y del sector privado. No obstante, considerando los múltiples sesgos y retos mencionados, es prudente que los expertos, académicos, gobiernos, organizaciones internacionales y ONGs relevantes unan esfuerzos en realizar un análisis profundo de las oportunidades vs. riesgos de la IA y se sumerjan en una discusión responsable sobre cómo afrontar y mitigar estos riesgos en los próximos meses, esto sin desincentivar la inversión y desarrollo de IA en beneficio de las sociedades.
Definitivamente se hace preciso identificar cuáles elementos normativos mínimas son razonables establecer para asegurar controles que garanticen seguridad. De igual forma, el sistema de responsabilidad en las diferentes jurisdicciones debe revisarse o ajustarse cuando sea necesario, de manera que la responsabilidad sea justamente asignada y las empresas que desarrollan estos sistemas de IA sean incentivadas a aplicar las medidas de seguridad adecuadas. Para estos fines, los líderes mundiales y encargados de formular políticas públicas deben entender cómo funciona la IA y su tecnología para que pronto puedan establecer soluciones eficientes. El tiempo es esencial, considerando la velocidad con la que avanza el desarrollo de la IA.
De mi parte comparto la opinión de varios autores de que la IA no desplazará por lo menos por un tiempo a profesionales y especialistas como médicos y abogados, considerando las imprecisiones que muchas veces pueden resultar del trabajo de una IA. No obstante, los profesionales que no utilicen herramientas tecnológica para optimizar sus procesos y toma de decisiones, sí se van a ver desplazados por aquellos que no lo utilizan. Lo anterior, considerando las ventajas competitivas que representa la IA para automatizar procesos y utilizar la data para prevenir o predecir resultados.
Publicado originalmente en Blog de la autora en fecha 12 de abril, 2023. Visitar:
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