Las tecnologías autónomas están transformando el panorama empresarial, económico y cultural de las economías emergentes
- Ángela Santana
- 25 jul
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 2 sept
Autoras:
Angela Santana Rosario, Consultor en Economía e Investigación
Salma Baldera, Estudiante de Negocios
Reseña
En años recientes, el uso de tecnologías autónomas ha crecido significativamente, abarcando áreas como la robótica, la inteligencia artificial y los vehículos autónomos, lo que está modificando las industrias a nivel mundial. Este fenómeno presenta tanto oportunidades como desafíos para las economías, en particular para las que están en fase de rápido crecimiento y desarrollo, como es el caso de las economías emergentes. Al evaluar el impacto de estas tecnologías, es fundamental resaltar las eficiencias y la competitividad que pueden aportar, especialmente en los sectores empresarial e industrial. No obstante, también es crucial considerar las repercusiones sociales y culturales que pueden surgir, tales como el empleo y la desigualdad en sectores tradicionales.
Este artículo analiza cómo las tecnologías autónomas impactan el ámbito empresarial, económico y cultural de las economías, con un enfoque particular en América Latina, evaluando sus ventajas y los retos que deben afrontarse para que estas tecnologías generen resultados positivos para toda la sociedad.
Integración de tecnologías autónomas en economías emergentes
En las economías emergentes, la adopción de tecnologías autónomas se ve como una vía para acelerar el desarrollo y reducir la brecha de productividad en comparación con los países avanzados. El Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) indica que si Latinoamérica alcanzara los niveles de digitalización de las economías avanzadas, podría cerrar la brecha de digitalización con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que tendría un efecto positivo en la productividad, permitiendo un crecimiento superior al 3% anual, además de agregar más de 700 mil millones de dólares en crecimiento acumulado a la región y crear 400 mil empleos adicionales al año (CAF, 2021).
Sin embargo, la integración de estas tecnologías en los países emergentes enfrenta retos significativos, como la disparidad en la adopción tecnológica entre grandes empresas y pequeñas y medianas empresas. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), más del 70% de las micro, pequeñas y medianas empresas en la región no están presentes en internet, y de aquellas que sí lo están, más del 60% no realizan transacciones digitales. Esto indica que muchas empresas todavía tienen dificultades para adoptar herramientas digitales básicas, lo que ralentiza la implementación de sistemas autónomos más avanzados. Además, existen limitaciones en infraestructura (como conectividad deficiente y altos costos de inversión tecnológica) y una falta de capital humano especializado, que restringen la capacidad de absorción de estas innovaciones en las economías emergentes.
A pesar de estos desafíos, las economías emergentes están en una carrera por integrar tecnologías autónomas. Aquellos que logren superar la brecha digital y adoptar estas herramientas rápidamente pueden experimentar un aumento en productividad y competitividad, mientras que aquellos que no lo hagan corren el riesgo de quedar rezagados frente a las economías más avanzadas.
Impacto en el panorama empresarial
La incorporación de robots y sistemas autónomos en el ámbito empresarial está transformando los procesos de producción. Un ejemplo destacado es la industria manufacturera, donde la automatización avanza a un ritmo acelerado. Según las estadísticas que arroja Grand View Research, se espera que el mercado de robótica de consumo en América Latina genere ingresos de 2,087.9 millones de dólares estadounidenses para 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 26.2% entre 2025 y 2030.
Países como México se han consolidado como líderes regionales en automatización industrial, operando más de 5,800 robots entre 2023 y 2024, con el sector automotriz liderando esta tendencia, representando aproximadamente el 69% de todos los robots industriales instalados en el país. En 2017, México alcanzó una producción récord de 3.8 millones de vehículos ligeros, posicionándose como el sexto mayor productor mundial de automóviles, en parte gracias a las eficiencias logradas por el uso extensivo de robots en sus fábricas (BID, 2019).
La competencia internacional impulsa a las empresas en economías emergentes a acelerar sus esfuerzos en automatización para no perder competitividad en productividad. Más allá del sector manufacturero, las tecnologías autónomas están infiltrándose en diversas áreas de negocio. En logística y cadena de suministro, se utilizan sistemas automatizados de almacenamiento y clasificación, vehículos autónomos para transporte interno en almacenes, y algoritmos de IA que optimizan rutas de entrega. En el comercio minorista y el marketing, proliferan las herramientas de automatización de procesos y el análisis de datos a gran escala para mejorar la gestión de inventarios y ventas. En el ámbito financiero y de servicios, los chatbots y asistentes virtuales están automatizando la atención al cliente. La adopción de chatbots impulsados por IA se está convirtiendo en una práctica común para personalizar y agilizar el servicio al cliente en sectores como bancos, telecomunicaciones y comercio electrónico. Para muchas empresas, la automatización ha sido fundamental para reducir costos operativos, mejorar la calidad y consistencia de sus productos, y acelerar los tiempos de producción, permitiéndoles posicionarse en mercados globales cada vez más competitivos.
Impacto económico
Desde una perspectiva económica, las tecnologías autónomas tienen un efecto dual en las economías emergentes: por un lado, fomentan la productividad y el crecimiento; por otro, generan disrupciones en el empleo y desigualdad de ingresos en sectores tradicionales.
Se ha constatado que la introducción de robots industriales conlleva ganancias de eficiencia comparables a las que en su momento ofrecieron la máquina de vapor o las tecnologías de la información, aumentando la producción y, en algunos casos, mejorando los salarios promedio a partir de un incremento en la productividad. Algunos estudios estiman que la automatización podría elevar la productividad global entre un 0.8% y un 1.4% anual en las próximas décadas, lo que sería un indicativo de economías emergentes más competitivas y un crecimiento del PIB más robusto (McKinsey, 2017). Además, la incorporación de tecnología autónoma en empresas a menudo requiere personal más calificado para diseñar, operar y mantener estos sistemas, lo que puede estimular la demanda de empleo en sectores técnicos especializados y generar nuevas oportunidades laborales relacionadas con el desarrollo y la gestión de la inteligencia artificial y la robótica.
Sin embargo, junto a estos beneficios económicos, también existen desafíos para los sectores más tradicionales de la economía. El principal de estos es el riesgo de desplazamiento laboral, dado que muchas tareas rutinarias o de baja calificación que solían ser ejecutadas por personas ahora pueden ser realizadas automáticamente por máquinas o algoritmos. Este fenómeno ya se está observando en la industria manufacturera; mientras el número de robots industriales en América Latina creció aproximadamente un 26% anual en los últimos cinco años, el empleo humano en las seis principales economías de la región apenas aumentó un 1% anual en el mismo período, lo que evidencia una automatización que sustituye el trabajo humano a un ritmo acelerado.
Por otro lado, las tecnologías autónomas pueden reconfigurar las ventajas comparativas y los flujos de comercio internacional, impactando así a las economías emergentes. Por ejemplo, la automatización extensa en países desarrollados está llevando a una cierta relocalización de la producción manufacturera; productos que antes se fabricaban en países de bajo costo podrían volver a ser producidos en economías avanzadas altamente automatizadas. Por lo tanto, si los países emergentes no adoptan las nuevas tecnologías, corren el riesgo de perder competitividad a nivel global y ver disminuir industrias que anteriormente dependían de mano de obra barata. Los expertos subrayan la necesidad de identificar sectores y habilidades vulnerables, e invertir en educación y reentrenamiento para que los trabajadores desplazados puedan transitar hacia ocupaciones que estén en demanda (BID, 2021). Con estrategias adecuadas, las economías emergentes podrían transformar la irrupción de tecnologías autónomas en un motor de desarrollo inclusivo, en lugar de permitir que amplíen las brechas existentes.
Impacto cultural y social
El avance de las tecnologías también está produciendo cambios culturales y sociales significativos en las economías emergentes. En el ámbito laboral, la creciente automatización exige que la fuerza de trabajo se adapte, lo que lleva a un desafío en la educación que debe reestructurarse. Por ello, gobiernos y empresas están promoviendo programas de formación técnica en áreas como robótica, programación e inteligencia artificial, incluso desde niveles básicos de educación, para preparar a las nuevas generaciones. Se está creando una cultura de "aprendizaje permanente", donde la actualización tecnológica se considera una necesidad en prácticamente cualquier profesión.
Al mismo tiempo, se observa tanto entusiasmo como ansiedad social en relación con las tecnologías autónomas. Por un lado, existe una narrativa positiva que destaca las ventajas culturales de liberar a las personas de tareas "monótonas" o peligrosas. Desde esta perspectiva, la automatización de ciertos trabajos podría permitir que los seres humanos se concentren en actividades más creativas, estratégicas o de desarrollo personal, mejorando potencialmente la calidad de vida. Además, la incorporación de inteligencia artificial en áreas como la medicina, la educación o la seguridad pública podría proporcionar beneficios sociales, incluyendo una atención sanitaria más personalizada, herramientas educativas adaptativas y ciudades más seguras mediante vigilancia inteligente. Estas promesas tecnológicas fomentan una cultura de innovación y emprendimiento entre los jóvenes profesionales de las economías emergentes, quienes ven en la cuarta revolución industrial una oportunidad para cerrar las brechas de conocimiento con el mundo desarrollado y desarrollar soluciones locales para problemas específicos.
Sin embargo, también persisten miedos e incertidumbres culturales respecto a estas transformaciones. Una parte considerable de la población expresa preocupación por los efectos de la inteligencia artificial y la automatización en la sociedad. En Latinoamérica, un estudio de Luminate e Ipsos en Argentina reveló que el 55% de los ciudadanos apoya la regulación de la inteligencia artificial mediante normas específicas, cifra que aumenta al 65% entre aquellos más familiarizados con estas tecnologías (El País, 2025). Varias naciones emergentes han comenzado a establecer marcos éticos y legales en torno a las tecnologías autónomas; por ejemplo, Brasil ha avanzado en un proyecto de ley de inteligencia artificial inspirado en la regulación europea, con el objetivo de que la adopción tecnológica respete derechos fundamentales y no genere desempleo sin ofrecer alternativas. Esta tendencia refleja una creciente conciencia social: tanto la población como los gobiernos de economías emergentes buscan aprovechar las ventajas de la automatización, pero estableciendo límites y condiciones para salvaguardar el bienestar colectivo y los valores culturales, como la dignidad en el trabajo, la equidad y la seguridad.
Conclusión
Las tecnologías autónomas están redefiniendo de manera significativa el panorama empresarial, económico y cultural en las economías emergentes. Su implementación proporciona mejoras, como el aumento de la productividad empresarial, la creación de nuevos sectores y el acceso a servicios más eficientes. Sin embargo, también presenta desafíos sociales, legales y económicos que deben abordarse para que estos beneficios puedan ser alcanzados por la mayoría de la población y dentro de un marco ético adecuado.
La clave para su aprovechamiento radica en el diseño de políticas públicas integradas y estrategias empresariales que aseguren un acceso equitativo, formación digital, inversión en investigación y desarrollo, y participación ciudadana. Solo así, las tecnologías autónomas podrán funcionar como un motor de desarrollo económico y no como un factor de desintegración social.
Bibliografía
CAF. 2021. Transformación digital para la América Latina del siglo XXI. CAF - Banco de Desarrollo de América Latina. https://www.caf.com/es/blog/transformacion-digital-para-la-america-latina-del-s21/.
DPL News. 2024. “CEPAL: Baja adopción de tecnologías digitales frena la productividad.” DPL News, junio 2024. https://dplnews.com/cepal-baja-adopcion-tecnologias-digitales-productividad/.
Logistix News. 2025. “Con 5,800 robots, México encabeza la automatización regional.” Logistix News, 16 de abril de 2025. https://logistixnews.com/2025/04/16/con-5800-robots-mexico-encabeza-la-automatizacion-regional/.
BID (Banco Interamericano de Desarrollo). 2023. “Robots en América Latina: cuántos son, dónde están y cuánto tributan.” Blogs BID Gestión Fiscal. https://blogs.iadb.org/gestion-fiscal/es/robots-en-america-latina-cuantos-son-donde-estan-y-cuanto-tributan/.
Logistix News. 2025. “'En general, se implementan robots para tareas repetitivas, no para interactuar con los clientes', agrega Jiménez.” Logistix News, 16 de abril de 2025. https://logistixnews.com/2025/04/16/con-5800-robots-mexico-encabeza-la-automatizacion-regional/#:~:text=%E2%80%9CEn%20general%2C%20se%20implementan%20robots.
WIPO (World Intellectual Property Organization). 2024. “Robotics Industry.” Global Innovation Index Blog. https://www.wipo.int/es/web/global-innovation-index/w/blogs/2024/robotics-industry.
Banco Mundial. 2023. “Las consecuencias económicas y sociales de la robotización.” Voices – Blogs del Banco Mundial. https://blogs.worldbank.org/es/voices/las-consecuencias-economicas-y-sociales-de-la-robotizacion.
BID (Banco Interamericano de Desarrollo). 2023. “En 2012 había 13 robots en América Latina; hoy hay más de 1,000.” Blogs BID Gestión Fiscal. https://blogs.iadb.org/gestion-fiscal/es/robots-en-america-latina-cuantos-son-donde-estan-y-cuanto-tributan/#:~:text=En%202012%20hab%C3%ADa%2013.
El País. 2025. “América Latina ante la IA: ¿regulación o dependencia tecnológica?” El País, 21 de marzo de 2025. https://elpais.com/america-futura/2025-03-21/america-latina-ante-la-ia-regulacion-o-dependencia-tecnologica.html.
BID (Banco Interamericano de Desarrollo). 2025. “Automatización en Estados Unidos impacta América Latina, según estudio del BID.” Noticias BID. https://www.iadb.org/es/noticias/automatizacion-en-estados-unidos-impacta-america-latina-segun-estudio-del-bid.
BID (Banco Interamericano de Desarrollo). 2025. “Para maximizar las oportunidades y mitigar riesgos, se deben acompañar a los trabajadores en sus transiciones laborales.” Noticias BID. https://www.iadb.org/es/noticias/automatizacion-en-estados-unidos-impacta-america-latina-segun-estudio-del-bid#:~:text=Para%20maximizar%20las%20oportunidades%20y.
El País. 2025. “América Latina ante la IA: ¿regulación o dependencia tecnológica?” El País, 21 de marzo de 2025. https://elpais.com/america-futura/2025-03-21/america-latina-ante-la-ia-regulacion-o-dependencia-tecnologica.html#:~:text=Seg%C3%BAn%20un%20estudio%20realizado%20por.
Grand View Research. (2024). Latin America consumer robotics market size & outlook. https://www.grandviewresearch.com/horizon/outlook/consumer- robotics-market/latin-america
